Caravanas en oro rosa con amatistas y citrino, de Suárez.
Antes de convertirse en princesa de Mónaco, Grace Kelly fue una de las musas más queridas del cineasta. Ella supo lucir los diamantes como una auténtica princesa incluso antes de serlo y con su delicada elegancia conquistó la gran pantalla en tres ocasiones siguiendo las directrices de Hitchcock: Crimen Perfecto (1954), La ventana indiscreta (1954) y Atrapa a un ladrón (1955).
Hellen Mirren y Anthony Hopkins dan vida en la ficción a Alma Reville y Alfred Hitchcock, la peculiar pareja que creó uno de los clásicos más desconcertantes de la historia del cine.
Filigrana dorada.
Caravanas en oro amarillo con diamantes de la colección De Luces, de Carrera y Carrera.
La famosa diseñadora de vestuario Edith Head fue la artífice del look que luce Grace en este fotograma de la película Atrapa a un ladrón que protagonizó junto a Cary Grant en 1955. Durante el rodaje en Mónaco, conoció al Príncipe Rainiero y ahí comenzó una historia de amor de leyenda que la convertiría en la matriarca del mediático clan Grimaldi.
Diamantes eternos.
Juego de collar con colgante y caravanas en oro blanco con diamantes de la línea Blu Intermezzo BY KIM, de Wempe.
Por su inquietante estética, por una trama intrigante y sobre todo, por la mítica escena del asesinato en la ducha -que esta vez sufre Scarlett Johanson-, Psicosis se grabó en la mente de toda una generación inculcándoles un miedo irracional a entrar en la ducha.
En 1954 Grace Kelly recibió el Oscar a la mejor actriz por su papel en La angustia de vivir. Tras su espectacular aparición en la gala, las caravanas de perlas se convirtieron en un codiciado objeto de deseo por las mujeres de medio mundo.
Caravanas en oro blanco con 90 diamantes y dos perlas cultivadas en el mar, de Wempe.
No fue Alfred Hitchcock quien seleccionó a Ingrid Bergman para su papel en Recuerda (1945) pero tiempo después, el director admitiría que sólo ella podría haberlo hecho. Al igual que Grace Kelly, la rubia nórdica protagonista de la magistral Casablanca actuó con el director en tres ocasiones.
Collar de inspiración barroca con cierre de terciopelo y grandes piedras de cristal de Lanvin.
Hasta tal punto caló la escena del thriller en Janet Leigh que la actriz optó por bañarse el resto de su vida.
El director tenía una fijación especial por las actrices rubias, a las que elevó a la categoría de musa en cada una de sus producciones.
Un estilo único y esa sensación de fragilidad casi trágica hicieron de Ingrid una diva adelantada a su tiempo, su brillante talento ante las cámaras le brindó tres Oscar (siendo la primera mujer en conseguir tres estatuillas) y el honor de ser considerada una de las estrellas más importantes de la Historia del Cine.
A mano.
Anillo Melodía en oro blanco, de Carrera y Carrera.
Hitchcock quería una diva real para representar el papel de diva en la ficción en su película Pánico en la escena (1950) y quién mejor que Marlene Dietrich para llenar la escena con su glamour y sofisticación. En la imagen, con un trench y caravanas de perlas.
Encanto vintage.
Caravanas en platino con diamantes y dos perlas, de Bárcena.
Como toda diva del celuloide, Marlene tenía sus excentricidades, una de las que más molestaba al director era la de no tomar una decisión importante sin consultarlo antes con su astrólogo. Pero su encanto, magnetismo y unas piernas valoradas en un millón de dólares de la época, hicieron de ella una auténtica leyenda.
Una regla que rompió la pelirroja Shirley MacLaine al convertirla en su estrella en Pero... ¿Quién mató a Harry?.
Dear Dior.
Caravanas en oro con esfenas y diamantes transparentes, amarillos, marrones y verdes, de la colección de Alta Joyería de Dior.
Su grito bajo la ducha en la mítica escena de Psicosis (1960) pasará a la historia del cine. Janet Leigh tenía ese halo especial que encantaba a Alfred Hitchcock y un estilo atemporal que pervive en la actualidad.
Encadenados.
Collar en plata bañada con oro rosa, de Dijoüs.
Su papel en la película Psicosis le valió una nominación a los Oscar y un Globo de Oro. Janet fue una de las actrices que cambió su color de pelo por exigencias de Hitch. Su estilo ultra-femenino hizo de la actriz californiana un referente y muchas mujeres copiaron su corte de pelo.
Sparkling diamonds.
Brazalete en oro blanco y diamantes, de Rabat.
De Grace Kelly a Ingrid Bergman, pasando por Marlene Dietrich, repasamos las joyas que lucieron las divas de la época dorada de Hollywood.
Oda a la naturaleza.
Pendientes en oro blanco con rubelitas, tsavoritas y diamantes, de Chopard.
La protagonista de la desconcertante Vértigo (1958). La gélida rubia, Kim Novak, vivía su momento de máximo explendor cuando fue contratada para hacer el papel que en un principio estaba destinado a Vera Miles (que no pudo hacerlo por su inesperado embarazo). Las personalidades de director y actriz eran tan potentes que fue un auténtico choque de trenes pero el resultado fue sencillamente sobrecogedor.
Clásicos eternos.
Collar de perlas con bola en oro blanco y diamantes, de Chopard.
Alfred Hitchcock estaba ojeando una revista cuando descubrió a Tippi Hedren protagonizando un anuncio de productos dietéticos, el flechazo fue instantáneo y la contrató por siete años. Su papel en Los Pájaros (1963) la consolidó como una estrella en Hollywood.
Piezas sublimes.
Caravanas en oro blanco con diamantes, de Bárcena.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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