Ecuador posee con una larga tradición en el uso y fabricación de joyería, la cual se extendió tanto por la sierra, costa y Amazonía.
Algunos cronistas españoles del siglo XVI refieren en sus escritos lo anterior, como por ejemplo Miguel de Estete quien observó en el interior de las casas de los habitantes de la zona de Coaque, objetos de oro, plata y esmeraldas.
También, Cieza de León narra cómo los indígenas de Portoviejo se adornaban con joyas de oro y cuentas de Spondylus. (Molestina 2006; Estévez 1998)
Los primeros registros de diseños elaborados en oro, plata y cobre en esta región datan del año 1500 a.C. y pertenecen a la cultura Machalilla/Chorrera.
Estos objetos fueron localizaron en la costa de Salango, provincia de Manabí y son en forma de narigueras, las cuales probablemente se usaron como símbolo de estatus social. (Hosler 1997, 2002; Lleras 2010)
Durante el periodo Ecuatoriano de Integración (500 a 1500 d.C. aprox.) los orfebres de la cultura Manteño-Huancavilca fabricaron con la técnica de martillado una gran variedad de joyas, así como recipientes en forma de cabezas y partes del cuerpo. (Museo Chileno de Arte Precolombino 2005)
Se piensa que las culturas (Manteño-Huancavilca) que habitaron estas costas, obtuvieron el metal para sus diseños (cobre y probablemente también oro y plata) de la región montañosa central del país y norte del Perú, a partir de intercambios comerciales que realizaban con la concha del Spondylus, la cual era muy valorada por su uso en la decoración. (Guinea 1997)
Con respecto a herramientas y utensilios para trabajar joyería, se han encontraron en la bahía de Santa Elena, un martillo de piedra y un fragmento de yunque, los cuales se han fechado en 890 a.C., y en la costa de Atacames, 11 toberas de barro, que fueron usadas para incrementar la temperatura de los hornillos.
En la zona de la Libertad, se recuperaron un crisol de forma globular y tres moldes de arcilla, para fundir hachas y cuchillos. (Lleras 2010; Guinea 1997)
Sobre la manera en como trabajaban los orfebres de aquella época existe una descripción muy interesante realizada por Girolamo Benzoni, en 1565 aprox.:
"Esta provincia de Quito es de clima templado... había muchos orfebres que, pese no utilizar ningún instrumento de hierro, hacían aunque de manera rudimentaria cosas maravillosas, trabajando de la manera que se referirá. primero cuando funden el oro y la plata, los meten en un crisol largo o redondo, hecho de un pedazo de tela embadurnada con tierra y carbón triturado. Tras dejarlo secar, lo ponen al fuego con la cantidad de metal que cabe dentro junto con cinco o seis tubos de caña, unas veces más y otras menos, y soplan por ellos hasta que se vuelve líquido. Luego lo sacan, y los orfebres sentados en el suelo, con unas piedras negras expresamente dispuestas, y ayudándose unos a otros, trabajan y hacen, o mejor dicho, hacían en su época de prosperidad, lo que se les había encargado, es decir, estatuas vacías, vasijas, ovejas y joyas, y todos los animales conocidos". (Guinea 1997)
TECNOLOGÍA DE ELABORACIÓN DE CASCABELES en ECUADOR
La Dra. Hosler del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), menciona en su libro:
The Sounds and Colors of Power:
The Sacred Metallurgical Technology of Ancient West Mexico (p. 96), que en el año 200 de nuestra era los orfebres de Ecuador y norte de Perú fabricaron cascabeles usando la técnica de martillando de la lámina en frío.
Lo cual difiere del proceso de fundición a la cera perdida usado en el occidente de México.
Lo anterior lo fundamenta en base al estudio de una de las piezas del Museo Antropológico del Banco Central en Guayaquil, la cual muestra una microestructura linear con deslizamientos alargados, lo cual son producto, según las anotaciones de la Dra. Hosler del proceso de martillado. (Hosler 2002)
A continuación, deseo describir algunos aspectos sobre esta técnica de martillado que la hacen inapropiada para la elaboración de cascabeles.
Este análisis es realizado en base al estudio de diseños similares descritos por la Dra. Hosler y que se encuentran expuestos en el Museo de Sitio de Agua Blanca, municipio de Manabí, y en el Museo Nacional de Ecuador, en la ciudad de Quito:
- El grosor observado en todos los diseños es demasiado grande para poder doblar el metal y fabricar cascabeles de tan solo 1 a 3 cm de diámetro.
- El ribete decorativo que se encuentra en la orilla de la abertura de las piezas, no posee la uniformidad que supondría el de un alambre soldado, sino más bien el de un hilo de cera adherido.
- En muchos de los cascabeles, la abertura muestra un excedente de metal o malformación, característico del proceso de fundición a la cera perdida y no de la técnica de martillado.
- La presencia del percutor en el interior de la pieza, dificultaría enormemente el forjado de los diseños.
- La elaboración de cascabeles con el proceso de martillado, produciría una superficie irregular en el metal. Lo cual no se observa en la mayoría de los diseños expuestos.
- Es muy complicado formar un cascabel a través de una pequeña abertura, como lo son el orificio de suspensión o el de los labios de la pieza.
- Los pasos que se requieren para fabricar un cascabel con la técnica de martillado, son:
1) Cortar con cincel la lámina de metal extendida a la forma y tamaño de la pieza.
2) Realizar con punzón los orificios de suspensión.
3) Hacer el desvanecimiento de la orilla que después formará la abertura de la caja de resonancia.
4) Embutir parcialmente en una guía ambas mitades.
5) Colocar el percutor en el interior del modelo.
6) Con el uso de - muy pequeños cinceles - darle la forma final a la pieza.
... estos deben ser capaces de ser introducidos por la abertura (2 a 3 mm) del diseño.
7) Soldar el ribete decorativo a lo largo de la abertura.
8) Eliminar de la superficie de la pieza, las marcas de los golpes por cincel.
Realizar el proceso anterior es muy complejo y más aún en cascabeles pequeños. Un método más sencillo seria usar el proceso de fundición a la cera perdida.
En base al análisis anterior, sería recomendable realizar nuevos estudios de laboratorio a más de un diseño y en particular en la zona de unión del ribete decorativo, lo cual sería la clave para confirmar o no las observaciones publicadas.
Por tanto, la microestructura linear con deslizamientos alargados del cascabel que se muestra en el estudio de laboratorio del MIT, seguramente puede tener alguna otra explicación, pero definitivamente no la del proceso de martillado para su elaboración.
Debido a que la metodología para fundir cascabeles es un proceso avanzado por requerir estos de un núcleo y percutor en el interior del molde, se podría deducir que la tecnología de la cera perdida es mucho más antigua que el año 200 d.C. que es la fecha en la cual se dataron los diseños descritos por la Dra. Hosler, pues seguramente en el proceso de desarrollo de este método, se han de haber fabricado antes una gran cantidad de diseños sólidos, pesados y simples que no requirieron volumen y por tanto un núcleo interno que lo sustentara, hasta llegar paulatinamente a través de experimentaciones al descubrimiento de la utilización de núcleos y por ende de la creación de piezas huecas.
La Dra. Hosler menciona que los cascabeles de Ecuador y norte de Perú se elaboraron martillando en frío la lámina de metal hasta darles forma.
El análisis anterior, está fundamentado en base a la micro-estructura linear con deslizamientos alargados que muestra la pieza.
En el diseño estudiado por la Dra. Hosler en el MIT, se observa lo siguiente:
- AZUL: El ribete decorativo que se encuentra en la orilla de la abertura de las piezas, no posee la uniformidad que supondría el de un alambre soldado, sino más bien el de un hilo de cera adherido.
- ROJO: En muchos de los cascabeles, la abertura muestra un excedente de metal o malformación, característico del proceso de fundición a la cera perdida, y no de la técnica de martillado.
- VERDE: La presencia del percutor en el interior de la pieza, dificultaría enormemente el forjado de los diseños.
- ANARANJADO: Si la pieza hubiera sido martillada, la parte superior de esta mostraría marcas del proceso del doblez del metal.
HORNOS DE FUNDICION
En la actualidad no se han encontrado minas en la zona costera del Ecuador, por lo que se piensa que en la época prehispánica probablemente el metal usado en joyería, haya provenido de las tierras altas, en donde este se ha de haber fundido cercano a las zonas de extracción y posteriormente llevado en forma de pequeños nódulos o lingotes a la costa. Con este proceso de refinación previo, se pudo evitar transportar el mineral, el cual es además de voluminoso, muy pesado. (Guinea 1997; Hosler 2002)
Los hornos se encuentran a una distancia de 3 a 4 horas de camino por veredas.
Deseo mencionar y sobre todo reconocer que los habitantes de Agua Blanca han sido los que han conocido desde siempre el lugar en donde se encuentran los hornos, y han sido ellos quienes han guiado a todos los investigadores y a un servidor para conocerlos y estudiarlos.
Marshall Saville, uno de los primeros arqueólogos en estudiar el municipio de Manabí, reporto en la zona la existencia de hornos para fundir. Esto mismo lo observo Lynch, quien menciona que estas estructuras pertenecieron a la cultura Manteña (500 d.C.) y probablemente se emplearon para fundir metales "smelting metal", aunque no define el método y si también pudieron haber sido usados para trabajar el mineral. (Patiño 1990-1993; Bray 1971)
Horno de Agua Blanca
El horno está compuesto por dos compartimentos o pozos conectados entre sí. La cavidad frontal posee parte de sus paredes derrumbadas y cuenta con una altura aproximada de 2.5 mt y un diámetro de 1.7 mt. En su base existe una comunicación hacia el segundo compartimento de forma rectangular de 0.5 mt de ancho, por 0.6 mt de altura (aprox.).
La cavidad frontal del horno posee parte de sus paredes derrumbadas y cuenta con una altura aprox. de 2.5 mt y un diámetro de 1.7 mt.
En su base existe una comunicación hacia el segundo compartimento.
El segundo compartimento es de forma semicircular y posee un diámetro aproximado de 1.5 mt y una altura de 3.5 mt aprox.
La separación entre ambos pozos es de aprox. 0.70 mt. En el segundo compartimento se puede observar la adherencia de una costra gruesa de material vítreo (de aprox. 25 cm), la cual se localiza en forma de franja.
En las paredes del primer compartimento existe un tipo de argamasa la cual parece haber sufrido un deterioro a causa de altas temperaturas. Así miso, se aprecian grandes fragmentos de material vítreo, el cual pareciera ser producto de una actividad metalúrgica.
En las paredes del primer compartimento se observa un tipo de argamasa la cual parece haber sufrido un deterioro a causa de altas temperaturas
Grandes fragmentos de material vítreo, el cual parece ser producto de una actividad metalúrgica
En su base del primer pozo existe una comunicación hacia el segundo compartimento de forma rectangular de 0.5 mt de ancho, por 0.6 mt de altura (aprox.).
La Dra. Mercedes Guinea sugiere que es poco probable que se haya transportado el pesado mineral a través de grandes distancias (desde las montañas centrales del Ecuador y/o del Norte del Perú) hasta llegar a la costa, por lo que seguramente solo se ha de haber transportado el metal ya refinado. (Guinea 1997)
Sin embargo la existencia de estos hornos de fundición a gran escala, y la presencia de un volumen importante de escoria adherida en sus paredes, hacen pensar la posibilidad de que el metal no se encontraba tan puro como originalmente se pensaba, y que se requirió refundirlo para purificarlo aún más, y esto se pudo haber llevado a cabo en varios puntos a lo largo de la costa Ecuatoriana, siendo uno de estos Agua Blanca. Con el metal ya purificado, fue posible la elaboración de joyería y otros objetos, tanto con el método de repujado/martillado como el de fundición a la cera perdida.
Una posible explicación de la existencia de estos hornos de fundición en la zona de Agua Blanca, a pesar de la falta de reportes sobre minas en la región, es que tal vez el mineral haya sido transportado a este lugar para su procesamiento, por la abundancia de sus recursos forestales, los cuales permitieron su funcionamiento.
El segundo compartimento es de forma semicircular y posee un diámetro aproximado de 1.5 mt y una altura de 3.5 mt aprox.
Al observar el horno no es posible identificar la forma que pudo haber tenido originalmente, así como su funcionamiento. Sin embargo, se puede apreciar en algunas secciones de las paredes la existencia de una argamasa de color rojiza que parece haber sufrido transformación a causa de altas temperaturas. Así mismo, se observan gruesos residuos de aspecto vítreo, el cual da la impresión ser escoria de origen metalúrgico. Algunas de las rocas presentes alrededor de la estructura parecen haber sufrido termo alteración.
(detalle del segundo compartimento) fragmentos de material vítreo, el cual parece ser producto de una actividad metalúrgica
Debido a que el horno está formado de dos compartimentos y comunicados entre sí por una "ventana", podría dar la impresión de que se tratara de un horno de reverberación, en donde el combustible (carbón) se localiza en una sección separada del mineral y ambos compartimentos se encuentran conectadas por una bóveda (no existente) por donde fluyen los gases calientes, que junto con la radiación de calor reflejada desde esta bóveda van a fundir el mineral/metal.
A diferencia del horno de reverberación, en el horno tradicional o de torre el combustible se encuentra mezclado con el mineral en el mismo compartimento.
Cabe señalar que los hornos de reverberación aún no se han identificado en contextos prehispánicos, por lo que son claramente un aporte europeo. (Van Buren 2010)
INFLUENCIA DEL ECUADOR EN MESOAMERICA
En base a la similitud de los primeros diseños de joyería y objetos de metal y sus métodos de trabajo entre el Occidente de México y Ecuador, y por la falta de estos en el mismo periodo en Centroamérica, ha llevado a la Dra. Hosler a plantear la hipótesis de que el conocimiento del trabajo de los metales pudo haber llegado al Occidente de México, desde el Ecuador. (Hosler 1997; Plazas 2007)
Los españoles del siglo XVI observaron a una balsa Manteña, la cual llevaba entre muchos otros objetos para comerciar: oro y plata.
Sobre este aspecto se podría señalar la crónica del siglo XVI de Salomón Jerez, quien menciona como los españoles observaron a una balsa Manteña que llevaba para comerciar: oro y plata (coronas, diademas, cintos, cascabeles, espejos, etc.), mantas de lana y algodón, camisas, sartas de cuentas de esmeraldas, calcedonia y cristal de roca, vasijas de cerámica y grandes cantidades de Spondylus. Por lo que se puede suponer que es probable que este tipo de navegaciones, que se sabe llegaban hasta el golfo de California, hayan sido los que de alguna manera introdujeran el conocimiento del trabajo de los metales al norte de Mesoamérica. (Hosler 1997)
Detalle del Mapa: America Sive India Nova elaborado por Gerard Mercator (1590)
Cabe señalar que algunos investigadores no comparten esta teoría de la difusión del conocimiento. (Bruhns 2007).
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
No hay comentarios.:
Publicar un comentario