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domingo, 15 de diciembre de 2013

EN ESTAS FIESTAS VÍSTASE CON PERLAS





Hemos tratado de que esta sección particular sirva como una guía sencilla- y que sea tanto educativa como entretenida- para aprender sobre los variedades o tipos de perlas que se pueden encontrar en el mercado nacional e internacional.






Aclarando, de antemano, que esta información ha sido condensada de varias fuentes (que podrían abarcar decenas de libros y de revistas) y que no pretende ser un reemplazo de esta información, sino un práctico compendio que esperamos les sea de utilidad.







En este compendio trataremos principalmente las variedades de perlas existentes en el mercado, enfocando nuestro interés en las perlas de origen marino y no en las perlas de río (agua dulce).







Las perlas se pueden clasificar en dos tipos, principalmente: Naturales o de Cultivo. 
Existen muchas diferentes variedades de perlas dentro de estos dos grandes grupos de perlas, aunque lo común sería encontrarse con las variedades de perlas de cultivo, simplemente por su abundancia. 
Utilizando el menú principal (a su lado izquierdo) usted podrá "navegar" por el tema o tipo de perla que más le interese.







Las perlas naturales son una rareza en la actualidad. En épocas pasadas, se pescaban miles de ostras perleras tan sólo para poder encontrar una perla natural de buena calidad. 
Tan sólo en el Golfo de California, se dice que la incidencia natural de perlas en un placer (nombre dado al sitio donde abundaban tanto ostras como perlas) era de un 5 al 12%. 
Sin embargo, había que considerar que de ese porcentaje tan sólo un 30% de las perlas sería de buena calidad.






Así que supongamos que de 100 ostras obtuvimos unas 12 perlas posibles. 
De esa docena de perlas, tan sólo 3.6 llegarían a poseer un buen valor comercial. 
Las perlas de baja calidad no eran desperdiciadas, ya que se utilizaban dentro de la medicina tradicional asiática o para su bordado en trajes y vestidos.







Debido a esta escasez de perlas y a la gran demanda de las mismas, se llegó a una pesca irracional y desenfrenada en todos los mares y ríos del mundo de reconocida calidad perlífera (Golfo Pérsico, Golfo de California, los atolones de Tuamotú, Shark Bay en Australia, el Golfo de Manaar en la India, etc.) y  tuvo un efecto nocivo en la viabilidad de las poblaciones naturales de ostras  y mejillones perlíferos en todo el planeta, muchas poblaciones llegando a ser aniquiladas en su totalidad. 







La contaminación de los mares y ríos ha sido otro factor importante. 
Hoy en día, podemos citar una nueva amenaza: el cambio climático mundial. 
Es por esta razón que las perla naturales ya no son de consecuencia económica actual y han sido reemplazadas por las perlas de cultivo. 
Aún así, existen personas y culturas que solamente aceptan perlas naturales y que las consideran auténticos tesoros.







Las perlas naturales se forman cuando la ostra forma una estructura conocida como el "saco perlero". 
Este saco se forma como resultado a un estímulo externo (un parásito, un gusano, incluso el ataque de otros organismos perforadores: pero nunca debido a "un granito de arena") sobre un órgano típico de los moluscos y que se conoce como el "manto" (encargado de producir la concha y el  nácar).







El manto de la ostra recubre o "encapsula" al cuerpo extraño, formando así el saco perlero, e inmediatamente comienza la deposición de microscópicas capas de nácar, protegiéndose de la agresión. 
Luego de algunos años (4 o más) se puede obtener una perla natural de buen tamaño (4-8 mm). 
Por su rareza, una perla natural usualmente alcanza un valor 10 veces superior al de una perla de cultivo de características similares.







En la imagen lateral podemos observar que en la concha de una ostra perlera se aprecian pequeñas manchas e incluso minúsculas "perlitas" en la concha. En la parte carnosa, el manto de la ostra, se aprecian también unos pequeños puntitos negros, que no son otra cosa que pequeñas perlitas que comienzan a desarrollarse en el manto. 
El origen de estas perlas fue observado directamente: pequeños gusanos perforadores del género Polydora. 







Ahora bien, la mayoría de las perlas naturales tienen tamaño pequeño (1-4 mm) y presentan formas irregulares, aunque existen perlas naturales de tamaños grandes (como "La Peregrina", del tamaño y forma de un huevo de paloma) y de formas simétricas. (aunque las perlas naturales redondas son extremadamente difíciles de obtener).







Las perlas cultivadas o de cultivo se forman gracias al esfuerzo combinado del Hombre y del Molusco. 
A diferencia de las perlas naturales, la perla de cultivo posee un "centro" hecho de concha de nácar. Una perla natural usualmente posee un diminuto centro de materia orgánica (los restos del gusano o parásito).







Las primeras perlas de cultivo fueron producidas en China en el siglo X d.C. Estas "perlas" consistían en pequeñas imágenes en plomo de Buda, las cuales se pegaban dentro de las conchas de mejillones perlíferos, y con el tiempo estas figuras eran recubiertas con nácar. 
Sin embargo, estas eran tan sólo un tipo de "perla ampolla" o media perla. Harían falta varios siglos para que se diera el paso definitivo para la formación de la verdadera perla de cultivo.







En la actualidad, las perlas de cultivo se producen en granjas donde las ostras o mejillones (en el caso de las perlas de río) perlíferos también son cultivadas. En la mayoría de los casos dichas ostras son cultivadas desde pequeñas (como se hace en México y Filipinas) o son obtenidas del medio natural (como en Australia y algunas granjas de Polinesia), pero en ambos casos existe la necesidad de inducir artificialmente a que la ostra produzca una perla, aprovechándose de la habilidad natural del molusco para formar perlas. 
El procedimiento involucra una operación conocida como implante o injerto, cuya base científica fue descubierta -a fines del siglo XIX- por el biólogo australiano William Saville Kent, y fueron sus descubrimientos los que utilizaron los japoneses para llevarlos a la práctica de manera comercial.







El cultivo comercial de perlas de cultivo tuvo su origen en Japón en la década de 1920 (en México se producían perlas naturales, pero de ostras cultivadas en granja desde 1893) y esta tecnología se diseminó por la cuenca asiática del Oceáno Pacífico (pero bajo estricto dominio de los Japoneses) entre los años de 1955 y 1977. 
Quienes deseaban cultivar perlas debían de acudir a los japoneses para todos los aspectos de la perlicultura: producción, acuacultivo y comercialización. 
Hasta muy recientemente (década de 1990) se logró la "independencia" tecnológica y de mercado de las perlas, aunque en México se tuvo cuidado de comenzar con tecnología y mercado propio y 100% independiente del monopolio japonés.







Perla Mabe o Media Perla

Comúnmente conocida con el nombre de "Media-Perla", "Perla Ampolla" o "Perla Mabé". 
Su nombre de "Mabé" procede del hecho que los primeros en comercializar este tipo de perla fueron los japoneses, quienes le dan el nombre de "Mabe-Gai" a la ostra que es utilizada para la producción de esta perla (la ostra "ala de pingüino" o Pteria penguin). 
También se les conoce como "perlas compuestas" ya que para su utilización en joyería requieren de un procesado que las hace consistir de tres piezas: domo, epóxico y respaldo.







Este tipo de perla se forma cuando uno -o más- núcleos hemisféricos (de concha o de plástico) son pegados a la concha de la ostra, debajo del manto del organismo. 
La reacción de la ostra ante este "intruso" es la secreción de numerosas capas de nácar, como un medio de defensa. Después de un período de cultivo de 6 a 24 meses (dependiendo de la especie y el lugar), la ostra es cosechada.







Tras la cosecha, las medias perlas aún se encuentran sujetas a la concha, por lo que habrá necesidad de "liberarlas" por medio de un procesado: se recortan de la concha con herramientas especiales, el núcleo se remueve -por lo que sólo se conserva una media esfera hueca de nácar- y el hueco se rellena con resina epóxica. 
Finalizado este proceso, un pequeño pedazo de concha nácar se sujeta a la parte trasera. (el respaldo) 
De esta forma, una media perla está ya lista para ser montada en joyería.







Proceso de Producción de la Media-Perla

Las perlas Mabe son -relativamente hablando- más fáciles de obtener que las perlas libres o nucleadas, por lo que tienen un precio comparativamente menor. 
Sin embargo, llegan a alcanzar precios más elevados cuando se trata de piezas bellas de alta calidad o de gran talla. 
El  rango de tamaño de las medias perlas fluctúa entre los 8 y 50 mm, con el promedio rondando entre los 12 y 20 mm.







Las Medias-Perlas del Mar de Cortez se diferencian de otros variedades de perla mabe gracias a su alta calidad (un cultivo de 18 meses asegura una gruesa capa de nácar) y al hecho de que no poseen color artificial ni son sobre-pulidas. 
Gracias a esto cada perla se aprecia en su individualidad, con colores, lustre y textura únicas, a diferencia de perlas cuya apariencia es estandarizada y asemejan un producto fabricado.


Perla Libre 


Este es el tipo de perla que la mayoría de la gente relaciona inmediatamente con la palabra "perla".  







Otras personas prefieren utilizar los términos "perla redonda", "perla cultivada" y "perla nucleada", pero el calificativo "libre" es más apropiado, ya que una gran mayoría de las perlas cultivadas no poseen forma esférica o no tienen núcleo (como la perla "Keshi").

Las perlas libres o cultivadas pueden tener una gran variedad de formas, organizadas de la siguiente manera: redondas (menos del 3% es no-redonda), semi-redonda (un 5% no es redondo), semi-barroca (que incluye las formas simétricas: gota, calabacín, botón, etc.) y barroca (de forma totalmente asimétrica). 







Todas estas formas se obtienen utilizando la misma operación de implante. 
La variedad en forma (así como en otras características, como el color) está dada por factores asociados a cada ostra, al medio ambiente y al técnico encargado de realizar la operación  de cultivo de la perla y es imposible de predecir o controlar al 100%.



Variedad de Perlas Libres



La perla de cultivo -a excepción de la keshi- posee un núcleo de concha en su interior. 







Esa es su principal diferencia con una perla natural, en cuanto a diferenciación del producto se refiere.


Perla Keshi


La palabra "keshi" significa "semilla de ajonjolí" en japonés - o lo que conocemos como "morralla de perla" en México- y es el nombre con el cual se designa a un tipo de perla de cultivo que no posee un núcleo en su interior. 







Un buen porcentaje de las ostras perleras que fueron operadas logran expulsar el núcleo fuera de sí, pero si el injerto de tejido se mantuvo viable y por esta razón el proceso de formación del saco perlero prosigue. 
Ya que este saco perlero actúa sin el beneficio de una forma que haga  de "guía" (el núcleo esférico), la perla keshi comienza con una forma irregular y de pequeño tamaño.







Perla Keshi del Golfo de California

La perla Keshi es usualmente muy colorida y lustrosa, con diferentes tamaños y formas. 
Son adquiridas especialmente por joyeros y diseñadores que desean lograr un efecto visual diferente.  
Se reconocen por la ausencia de núcleo y por la presencia de un "hueco" (se aprecia como una mancha obscura) mediante el uso de rayos-X. A veces se les puede confundir con perlas barrocas (nucleadas) y con perlas naturales. 
Usualmente se les vende por peso (gramos), pero también se pueden vender de manera individual.







Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay

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