El estilo propio de los tailandeses, muy marcado todavía por sus tradiciones, hace que se sigan demandando piezas como los colgantes y las cadenas de oro.
Aunque también, a la vez, la sociedad tailandesa se está empapando de las costumbres y los gustos occidentales, por lo que se empiezan a encontrar con mayor frecuencia diseños modernos, con materias y piedras que no se utilizaban hasta ahora, gracias a su importante promoción mediante campañas en prensa y televisión.
Aun así, la mayoría de estas ventas sigue teniendo como consumidores a los turistas, que constituyen la principal demanda de la joyería tailandesa.
El tailandés medio encuentra toda las piezas de joyería que pueda demandar en la producción local, y tan sólo las clases altas buscan un producto de más calidad, con un diseño diferenciado y que emplee nuevos materiales.
Este tipo de consumidor es el que ofrece las mejores oportunidades a los empresarios que deseen exportar a este país, ya que la industria tailandesa sólo está especializada en el segmento medio-bajo.
Una clasificación por materiales aporta los siguientes datos:
La joyería de oro es la más demandada, ya sea de oro puro o de pureza inferior y con algunas piedras preciosas, aunque el oro que mayormente se compra es de un 91,66% de pureza (22 K).
La joyería de plata apenas se vende en Tailandia, ya que se considera de menor valor, y casi toda su producción se destina al exterior.
La demanda de joyería con diamantes crece desde que empezó la recuperación de la crisis de finales de los 90.
La mayoría de las ventas locales se trata de joyas con diamantes como única piedra preciosa, y son muy pocas las que aparecen mezcladas con otro tipo de piedras preciosas
Las piedras preciosas, al igual que los diamantes, se dirigen a un segmento económico de la población muy alto, por lo que la demanda es escasa.
Entre ellas, destaca el uso de zafiros y rubíes combinados con diamantes de pequeño tamaño.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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