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miércoles, 29 de enero de 2014

HISTORIA DE LOS AROS - ZARCILLOS - CARAVANAS - PENDIENTES





Si sos de las que no sale de casa sin caravanas, no hagas oídos sordos a las últimas tendencias. 
Olvídate por un tiempo de las románticas perlitas o las caravanas largas, 







¡esta temporada vuelven los aros!

Este accesorio, de origen incierto, se puso de moda en el siglo XVIII con Maria Antonieta y luego con Josefina de Beauharnais, la esposa de Napoleón. Después, hubo que esperar a los años 70 para que los aros volviesen a estar entre las últimas tendencias en joyería.







Esta temporada, los hay para todos los gustos: ligeros con accesorios movibles, sobrios o con divertidas perlas tintineantes, que se combinan a la perfección con vestidos amplios y vaporosos.







El origen de las caravanas de aro

Se desconoce el origen exacto de los pendientes de aro. 
Se han encontrado aros en Ur, Mesopotamia, en las tumbas sumerias de 2500 antes de  Jesucristo.







Se trataba de amuletos, ornamentados a menudo con una serpiente o una luna, y tenían el don de proteger las orejas, que se consideraban como las puertas abiertas a los espíritus.







- Corto Maltés llevaba una caravana de aro porque en el siglo XIX, el aro tenía la virtud de proteger y mejorar la vista de los piratas.







- Los hombres llevaban a menudo un aro sobre el que añadían las insignias de su oficio. 
El mariscal llevaba una herradura, el carpintero una escuadra, etc







- En algunas culturas cuanto más grandes y ornamentados sean las caravanas de aro, mejores se consideran, pues son sinónimo de riqueza y de pertenencia a un clan.







Aros, Aretes o Pendientes

Los aros, aretes o pendientes se encuentran en la historia desde tiempos inmemorables en los pueblos antiguos en Asia, Africa, Europa y América, haciéndose presentes durante toda la evolución del hombre.







Y, si bien se los relaciona con el adorno en muchos casos denotan un status social, la pertenencia a un pueblo, Nación, un sentir o filosofía de vida.







A tales efectos podemos entender la identificación del arete tipo argolla característico de los piratas del siglo XV y XVI en ambos lóbulos; la costumbre de usar un sólo aro preferentemente de perlas entre las cortes europeas(Inglaterra, España SS XVI), la Nación gitana y sus costumbre de identificarse a través del vestuario y el adorno y; en nuestros días diversificando el uso de los aretes a el cuerpo entero a través de piercings, los cuales no sólo indican una conducta pública o de relación social sino que también exponen conductas privadas del hombre.







Esta temporada cobran vigor y se hacen presente en todos los estilos posibles, desplazando sin miramientos a collares, gargantillas, sautoirs y otros colgantes.







La premisa básica es el aro de magnitud importante, en su mayoría colgante y muy adornado; se lucen con piedras, brillantes, canutillos y para opciones más informales llegan a encontrarse piezas con plumas y e incluso confeccionados a partir de retazos de género. Se los presenta de una sola pieza o articulados y con mucho movimiento. 







Las opciones son infinitas y en principio en materia de aros todo vale, el límite como siempre lo dictará el sentido común y el entendimiento con el atuendo que se luzca, no todo dictado de la moda es absoluto. 







El punto de tensión enmarca el rostro y centra la atención en los ojos y ángulos de la cara (máxime cuando entendemos que la boca pierde toda expresión de brillos, en su maquillaje).







La clave de su buen uso y éxito radica, tal vez, en obtener piezas nuevas ya que los aros heredados en general no presentan las condiciones hipoalergénicas y de liviandad que los actuales. 
Para piezas de mucho volumen una opción recomendad es cambiar el clip del aro por uno de tipo tic tac, cleapper o a presión.







Hay de todos los tipos, colores y modelos. Pero no todos nos vienen de acuerdo a la forma de nuestro rostro y pelo. 



 



Por esto, te entregamos algunos datitos para que sepas qué tipos de aretes se adecúan más a tu imagen. Pon mucha atención.







- Rostro redondo

Si tu carita ya es redonda, no hay para qué usar aretes redondos. 
Los más recomendables para ti son los diseños alargados, ovalados, lineales o rectangulares; si se cuelgan, mejor aún, pues se estiliza más tu cuello.







- Rostro ovalado

Este semblante le viene a casi todos los aretes, pues es considerado el rostro perfecto. 
Puede usar todo corte de cabello y toda forma de aretes. 
Si tienes la suerte de tener este tipo de rostro prueba todos los estilos.







- Rostro cuadrado

Al rostro cuadrado, es decir, con ángulos marcados en la barbilla y frente formando un cuadrado, se le recomiendan los aretes alargados, ovalados o chicos. Lo que tienes que evitar son los aretes grandes que no cuelgan.







- Rostro rectangular

Para estas facciones, es recomendable usar diseños redondos como las argollas, o los que tienen diseño de ruedas. 
Evita usar diseños con pendientes largos de la misma forma de tu rostro.







- Rostro en forma de diamante

¿Te preguntarás cuál es?, pues bueno, en este tipo de rostro las mejillas son más anchas que la frente y la barbilla. 
Tiende a ser un rostro grande por lo que preferiblemente los aretes deben ser dramáticos.







- Rostro en forma de corazón 

Para este tipo de rostro hay que evitar los pendientes que simulen la forma triangular invertida es decir que terminen en punta y sean más anchos en la parte superior. 
Casi todos los tipos de aretes favorecen este tipo de rostro teniendo en cuenta el consejo anterior.







Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay

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