“Anillo de compromiso sin un diamante me parece menos anillo de compromiso”.
Esto es lo que me decía una mujer joven que manifestaba su ilusión, y no dejaba de mirar su mano, en la que su novio, un día antes le había puesto el anillo.
Sin embargo no hay nada escrito que obligue a que tan importante pieza, en la vida sentimental de una pareja, lleve esa clase de gema.
Aunque la mayoría de hombres y mujeres, cada uno de ellos en sus respectivos papeles de novio y novia, coinciden con el punto de vista de que un anillo de compromiso debe llevar un diamante como protagonista principal.
Precisamente por esto, en este blog insistimos, a través de diferentes artículos en que es, no solo conveniente, sino necesario, tener unos conocimientos suficientes sobre la materia, para abordar con rigor y satisfacción la compra del anillo de compromiso.
Entre las características a tener en cuenta en un diamante, hoy vamos a hacer especial hincapié en una de ellas en la que la intervención humana es fundamental e imprescindible.
Hablamos de la talla.
Pero no como característica gemológica. Contemplaremos un video realizado por unos profesionales de reconocida trayectoria en el que aprenderemos el proceso completo de tallado o corte.
Partimos de ver el diamante en bruto, (la enorme pieza que vemos para la demostración no es un diamante auténtico, sino un vidrio) en forma de octaedro, que es la que presentan, con mayor o menor deformación las gemas en bruto.
Desde ahí, el maestro lapidario nos introduce en la etapas técnicas del corte del diamante en talla brillante.
La parte didáctica es la de la labor en el plato en movimiento bajo la intervención del lapidario.
La talla puede magnificar o disminuir notablemente el efecto y el valor de una piedra.
En las manos de un experto queda, por tanto, el lucimiento y manifestación permanente del sentimiento que expresamos y transmite el anillo de compromiso.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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