En la antigüedad, el barco era el principal medio de transporte y la mayoría de las rutas comerciales corría a lo largo de los ríos principales.
Como la gente comenzó a darse cuenta del valor del ámbar, empezaron a comerciar con él.
En cierto modo, el ámbar se convirtió en la puerta de entrada de las relaciones comerciales entre países y culturas.
También avanzó las relaciones económicas internacionales.
La zona del Báltico meridional lentamente se conocía como la costa del ámbar.
Pero la ruta del ámbar no se detuvo allí. Egipcios y árabes comenzaron a viajar por tierra en forma de caravanas.
Al igual que en cualquier ruta antigua, también hubo ladrones, por lo que estos viajes se consideran peligrosos.
Los viajeros solían encontrar problemas y robos en el camino, pero voluntariamente tomaron esos riesgos por el bien de ámbar. Así el ámbar lentamente ganó el nombre de la piedra sagrada, el oro del Norte e incluso oro Báltico.
La ruta del ámbar continuó, como el ámbar se convirtió en un artefacto ornamental ampliamente negociado y una piedra semipreciosa utilizada en casi cualquier objeto de arte.
Atravesado diversas culturas y zonas geográficas, adquirió muchos nombres diferentes.
Se hizo conocida como el alma de tigre, Luz petrificada, Lágrimas del sol, Mar de Oro, Elektron, Captured Sol o miel endurecida.
Otros la llamaron Succinum, Piedra del Sol, lágrimas o Lágrimas del Heliades de Freja.
Los nombres fueron dados en función de las religiones, culturas o símbolos.
La ruta del ámbar es una prueba de que la gente ha estado fascinada por esta misteriosa piedra desde los tiempos antiguos.
Y esto todavía se aplica a las sociedades actuales.
La única diferencia es que la ruta del ámbar es ahora más segura, más fácil y más industrializada.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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