Las piedras preciosas tienen un efecto fascinante y prodigioso en el hombre, que las usa de diversas maneras, desde rituales hasta como ornato en su vida cotidiana.
En la Sierra Fría, al centro del estado de Aguascalientes, se encuentra El Terrero de la Labor, donde durante 30 millones de años se ha formado el ágata de fuego, piedra preciosa utilizada en la joyería y poco conocida en México.
A finales de la década de los 60 del siglo XX los habitantes de El Terrero se dieron cuenta de la riqueza de los minerales que estaban bajo sus pies.
Empezaron a buscar a flor de tierra el brillo característico del ágata para después venderla en bruto en las ciudades cercanas.
Para el inicio de los años 70 el auge se incrementó tanto que decidieron aprender a trabajar la piedra, compraron herramientas y se pusieron a comercializarla: desde ir a la mina hasta darle el último acabado de pulido.
Algunos extranjeros empezaron a frecuentar el lugar; primero compraban un poco de piedra y se lo llevaban para analizar si era de buena calidad, después regresaban y adquirían más y luego más, hasta que un día, en cada casa de El Terrero había un taller de lapidación y algunas minas, y los lugareños salieron a venderla nuevamente a las ciudades cercanas.
Cierta vez, don Lázaro Guzmán, lapidador de El Terrero, se dirigió a una joyería a vender unas piedras ya pulidas, al ver los colores tan intensos el dependiente le dijo: –Ustedes los indios son muy astutos y quieren distraerlo a uno para que les compremos estos vidrios fundidos en aceite, pero no lo vamos a hacer.
Cierta vez, don Lázaro Guzmán, lapidador de El Terrero, se dirigió a una joyería a vender unas piedras ya pulidas, al ver los colores tan intensos el dependiente le dijo: –Ustedes los indios son muy astutos y quieren distraerlo a uno para que les compremos estos vidrios fundidos en aceite, pero no lo vamos a hacer.
Y aunque hubo días buenos y días malos, la necesidad y tenacidad de los trabajadores hicieron que las ventas aumentaran a tal grado, que en los diez años siguientes el ágata de fuego saliera del rancho para darle la vuelta al mundo.
Después de esa década de auge vinieron los tiempos difíciles, la saturación de los mercados cercanos a Aguascalientes hizo que el ágata se vendiera muy poco y con el paso del tiempo fue desapareciendo la fama de esta gema.
CÓMO LA TRABAJAN
Salgo antes que amanezca junto con mi mula y unos costales, como no hay terracería, camino unas cinco horas para llegar a la mina, que no es mía, sino que hago el denuncio y pago una renta semestral.
Bueno, ahí me estoy unas buenas horas con mi martillo neumático golpeando en el piso y buscando hasta que encuentro algo de ágata; a veces me llevo a mi muchacho pa’que me ayude.
Hay días que son muy pesados porque hay que sacar la piedra a mano, como en los viejos tiempos, a cincel y martillo; en otras ocasiones algunos muchachos se van a las minas más cercanas a buscar la piedra simplemente con la vista y a recogerla con la mano, después me la venden –comenta don Lázaro.
Una vez en casa los costales llenos, es preciso escoger las piedras de buena calidad; se mojan para ver los colores y de esta manera sale momentáneamente el fuego del ágata.
Después, con un disco de diamante se corta el segmento que se quiere trabajar y se le da una preforma; el esmeril desbasta lo innecesario.
Después, con un disco de diamante se corta el segmento que se quiere trabajar y se le da una preforma; el esmeril desbasta lo innecesario.
Enseguida se pasa a las lijas, que varían de tres medidas, de granos gruesos hasta unos muy finos, las cuales van eliminando las rayas dejadas por el esmeril y al mismo tiempo pulen la piedra.
Posteriormente, le dan un último acabado con un trozo de cuero o baqueta untado con óxido de estaño, que deja un acabado espejo.
Con todo este proceso, el ágata de fuego adquiere una nueva vida que más adelante será realzado con el buen gusto del joyero.
FORMACIÓN DEL ÁGATA
El ágata es una calcedonia abigarrada de colores muy variados, con bandas y de capas concéntricas, en ocasiones entremezclada de sílice con agua –ópalo–, formada por un depósito de sílice de soluciones suministradas intermitentemente en cavidades irregulares de roca, los fluidos de ácido silícico penetran en las paredes del ágata.
Las ágatas se encuentran como inclusiones esféricas o en forma almendrada, de algunos milímetros a varios metros de circunferencia.
En las minas a cielo abierto de El Terrero, el ágata suele encontrarse en huecos, esto quiere decir que se da en conglomerados.
Tras encontrar un criadero en un lugar y extraerlo, cuando se acaba no es garantía de seguir encontrando más, por lo que es preciso recorrer mucho terreno y perforar en varios lugares hasta hallar un nuevo criadero y continuar la extracción.
Existen otros yacimientos, uno en el estado de Chihuahua y otro en Arizona; en ambas minas se encuentran gemas de muy buena calidad.
HOY DÍA
Aunque la zona de Calvillo es famosa por sus guayabas, la mayoría de los pobladores de El Terrero se dedica a la siembra temporal de maíz y porotos, y un poco a la crianza de ganado.
En la actualidad sólo hay tres lapidadores que se dedican a pulir y vender la piedra, uno de ellos es don Lázaro, que viaja cada año a la Feria de gemas y piedras preciosas en Tucson, Arizona, donde dice que aprecian mucho esta piedra y se la pagan mejor que aquí.
Aunque de vez en cuando aparece algún mexicano a comprarle, don Lázaro consigue sus mejores ingresos en el extranjero.
Los otros dos lapidadores tienen sus clientes en Aguascalientes y Guadalajara.
Tenemos varias categorías de Ágatas de fugo según su calidad, color y fuego.
Imperial Gema Comercial 1
Comercial 2 Alto Grado
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
Sabrá alguno a qué precio la venden y por qué cantidad???
ResponderBorrarHola Rach, que deseas comprar?
BorrarÁgata?
Cual variedad?