Plata recuperada
Recuperación de metales
Es posible, como se ha visto anteriormente, recuperar algunos metales directamente en proceso, mediante las técnicas que se proponen a continuación:
Recuperación electrolítica de metales
Los sistemas de recuperación electrolítica de metales, bien sea de aguas de enjuague como de baños de proceso, son capaces de recuperar del orden del 90-95% de metal disuelto.
Los iones metálicos se reducen y depositan en el cátodo de la célula electrolítica; a continuación, este material depositado debe ser sustraido del cátodo, bien sea mecánicamente o químicamente, para posteriormente ser refinado, reciclado o eliminado.
Excepto cromo, esta técnica permite en teoría recuperar cualquier metal disuelto: metales preciosos, níquel, cobre, zinc, estaño, cadmio, etc.
No es muy adecuada para la recuperación de metales en procesos químicos (electroless), debido a la fuerte presencia de metales complejados, agentes reductores y estabilizantes.
La recuperación por vía electrolítica es especialmente adecuada cuando la solución tiene altas Concentraciones, con niveles de conductividad elevados que facilitan el paso de la corriente eléctrica a su través.
Por este motivo, en ocasiones, si el metal en cuestión tiene un alto valor (p.e. el oro), es recomendable concentrar la solución con algún sistema como la evaporación, las resinas de intercambio iónico, etc. También es factible, en el caso de soluciones cianuradas poco conductoras, añadir sales de cianuros residuales que ayuden a incrementar la conductividad de la solución.
Como medidas básicas del diseño de un proceso de recuperación electrolítica de metales tenemos las siguientes:
Cátodo inerte con una elevada superficie o Distancia reducida entre cátodo y ánodo o Recirculación de la solución
Oro recuperado
Por todo ello, el sistema es empleado sobre todo, aunque no exclusivamente, para recuperar metales preciosos que operan a niveles de conductividad altos (como es el caso de la plata) y que facilitan la electrodeposición del metal.
También se utiliza para recuperar otros metales con valor económico (especialmente, níquel y también cobre)
Para extraer posteriormente el metal depositado, es necesario emplear cátodos insolubles o del mismo metal a depositar.
A la vez que se produce la reducción del metal, tiene lugar la oxidación de algún componente de la solución; esto se aprovecha para eliminar, por ejemplo, cianuros.
En soluciones poco conductoras, suele ser necesaria la introducción de un sistema por lecho fluidizado para aumentar el rendimiento de la recuperación; en otros casos, es necesario aportar algún componente que aporte mayor conductividad al baño.
La presencia de otros metales no afecta a la recuperación.
En muchos casos, se obtiene un metal recuperado que puede emplearse de nuevo en forma de ánodo.
En otros casos, esto no es posible y debe enviarse externamente a su refinado.
La presencia de sustancias fuertemente oxidantes, tales como ácido nítrico o fluobórico, generalmente, hacen que no sea factible esta técnica de recuperación, debido a la reducción de la vida de los ánodos.
La presencia de ácido clorhídrico u otros compuestos con iones cloruro tampoco son muy adecuados debido a la formación de gas cloro en el ánodo.
En estos casos, hay que prever un sistema de extracción y tratamiento de gases adecuado.
Platino recuperado
La inversión inicial es importante y habrá que evaluarla en función del metal a recuperar; los principales costes de funcionamiento se basan en el personal, debido a la cierta manipulación que requiere el sistema entre procesos electrolíticos.
El coste energético no es significativo.
Resinas de intercambio iónico en recuperación de metales
Para soluciones muy diluidas con presencia de metales preciosos, se hace imprescindible la concentración previa del metal mediante el empleo de resinas de intercambio iónico.
En el caso de utilizar resinas quelantes, la recuperación del metal se efectúa por incineración de la resina.
Por este motivo, suele tratarse de servicios externos a la propia empresa.
La emisión de gases a la atmósfera es importante y precisa de sistemas de tratamiento de gases contaminantes.
La gestión externa de esta resina debe siempre efectuarse a través de gestor autorizado, en forma de residuo peligroso.
Hay la posibilidad de utilizar alguna resina no quelante, y que puede regenerarse por la vía tradicional química; en estos casos, se obtiene un eluato de regeneración que contiene el metal disuelto. A continuación, se precisa su recuperación por vía electrolítica, por ejemplo.
El rendimiento de recuperación es muy alto (90-95%), sobretodo cuando se utilizan resinas quelantes.
Cuando ello suponga facilitar la recuperación de metales, se recomienda tratar las emisiones contaminantes de forma separada.
En ciertos casos, las mezclas y contaminaciones cruzadas entre procesos, dificulta o, incluso, impide la recuperación del metal en cuestión.
Para evitar esta situación, allí donde no sea factible su correcta segregación, es posible emplear resinas selectivas (caso, por ejemplo, de algunos metales preciosos).
En instalaciones de fabricación de circuitos impresos, es factible recuperar el paladio y el cobre, mediante el uso de resinas de intercambio específicas.
Una vez regeneradas químicamente, el metal puede precipitarse por vía electrolítica o química.
La resina tiene un coste importante y, en el caso de su incineración, debe renovarse con cada ciclo.
En el caso de regeneración química, como ya se ha comentado, el eluato tiene una concentración salina importante.
Habitualmente, la gestión de la resina y la consecuente recuperación del metal, como decimos es efectuada por terceros, en instalaciones de tratamiento autorizadas.
Metales preciosos: oro y plata
La electro-deposición de metales preciosos para fines decorativos y funcionales constituye una importante parte de la industria de tratamientos de superficie.
Debido al elevado coste de los metales preciosos, existe una amplia variedad de técnicas que permiten su conservación y recuperación.
Para el caso de oro, tenemos alternativas al proceso cianurado:

Platino
Baño de sulfito de oro:
Con un buen poder de penetración puede dorar partes complejas; presenta un comportamiento de proceso parecido a la forma cianurada; en contrapartida, las soluciones son menos estables, con lo que requieren de mayor control y mantenimiento; tiene aplicaciones claras en el campo de la electrónica aunque, no está aún plenamente desarollado, presentando serios problemas de estabilidad a partir de cierta temperatura de trabajo.
Paladio:
Este metal está sustituyendo el oro en algunas aplicaciones; su coste es inferior al del oro y, en algunos casos, sus propiedades finales superan a las del oro.
Las soluciones de paladio no son cianuradas y, principalmente, pueden contener amonio y aminas.
El paladio puro es sensible al fenómeno del micro- cracking, siendo muy intolerable a las contaminaciones inorgánicas.
El coste total de la aplicación puede ser superior al del dorado.
Como técnicas de recuperación, debido al elevado coste económico del oro, es factible la inversión en equipos de elevado precio, que posibiliten un gran nivel de recuperación (vertido cero); entre las instalaciones recomendables tenemos, recuperación de la solución procedente de las aguas de enjuage mediante resinas de intercambio iónico, ósmosis inversa, electrodiálisis y evaporación para concentrar el baño.
Los baños de plata contienen una concentración en cianuros (cianuro de potasio y plata y cianuro de potasio) muy superior al caso del oro en este caso, la concentración en cianuro libre es muy elevada; por este motivo, además del interés en recuperar el metal, es importante reducir y reciclar el cianuro.
Las técnicas para recuperar buena parte de estos metales están ampliamente utilizadas y contrastadas; aunque el coste de algunas de estas técnicas puede ser alto, el precio del metal permite su implantación en muchos casos.
Oro
Veamos las principales técnicas de recuperación:
Recuperación electrolítica:
Mediante la célula electrolítica, es posible reducir el metal plata en el cátodo y oxidar parte de los cianuros a ciannatos en el ánodo; esta aplicación puede emplearse sobre enjuagues estancos.
Con esta técnica es factible recuperar más del 90% del metal plata del enjuague y oxidar un 50% del cianuro presente.
Recuperación mediante resinas de intercambio iónico y posterior electrolisis:
Una manera muy empleada para eliminar y concentrar las sales de los enjuagues, consiste en utilizar una resina de intercambio iónico aplicada a un enjuague estanco; el porcentaje de recuperación de cianuro de plata en la resina puede alcanzar el 99%.
En algunos casos, se utilizan resinas aniónicas quelantes que no permiten su regeneración química y deben ser incineradas externamente para poder recuperar el metal; esta práctica es poco aconsejable puesto que los niveles de contaminación a la atmósfera son importantes y requieren de instalaciones de post-combustión de los gases generados y filtrado final. Existe actualmente en el mercado una serie de resinas, igualmente de efectivas, que sí permiten su regeneración por vía química (tiocianato de sodio o tiourea en medio ácido).
Posteriormente, la plata puede ser recuperada por electrolisis a partir del eluato de regeneración. Debido a que el reactivo utilizado en la regeneración no se destruye con el proceso de electrolisis, puede volver a reutilizarse para un nuevo ciclo de regeneración.
Electrodiálisis:
Para la recuperación de arrastres, permite concentrar la sal con el metal precioso en cuestión.
La técnica también es empleada en el mantenimiento (filtrado) de las soluciones del proceso de anodizado.
Ósmosis inversa:
Al igual que en el caso anterior, permite la recuperación de las sales conteniendo el metal a partir de las aguas de recuperación.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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