JEANNE POIRET BOIVIN

Continuando con la serie sobre mujeres que han marcado historia en la moda

Jeanne Poiret Boivin.

Parece natural que tantas mujeres diseñen joyas. 
Después de todo, son principalmente ellas quienes las usan, lo que puede explicar por qué las diseñadoras a menudo aportan una sensibilidad única a la forma y la función. 



A veces es difícil recordar que hace cincuenta años, las joyas eran un campo dominado por los hombres, y hace un siglo, una diseñadora con talento se consideraba afortunada de trabajar en absoluto. 

Si lo hizo, por lo general fue entre bambalinas, en un negocio dirigido por hombres.



Jeanne Poiret Boivin trabajó detrás de escena, pero ella misma manejaba el negocio. El nombre de su esposo aparece en casi todas las subastas de joyas importantes, pero las joyas casi siempre se produjeron mucho después de su muerte. 
Además, Jeanne Boivin optó por contratar a diseñadoras y, en el proceso, desarrolló un estilo fuerte pero femenino con el nombre de Boivin, y puso a algunas otras mujeres en el proceso.

Hoy, rindo homenaje a la mujer detrás del hombre, cuyo nombre aparece en tantas joyas que nunca vio.


Collar Cornucopia de zafiro, diamante, esmeralda y oro de 18 quilates, firmado por R. Boivin, c. 1938, diseño de Suzanne Belperron", se vendió en Sotheby's en abril de 2015 por $ 200,000.

Seis años después, el nombre de Belperron tiene mucho más valor de mercado. 
Ella dejó la compañía unos años antes de que se produjera este collar, pero aparentemente lo había diseñado mientras trabajaba allí.




Jeanne Poiret Boivin (1871-1959) vivió a la sombra de dos destacados diseñadores parisinos, su hermano Paul Poiret, un modisto, y su esposo René Boivin. 

Jeanne también tenía buen ojo y demostró ser una hábil empresaria, y administró la compañía sola durante sus cuatro décadas más famosas. 
Sin embargo, solo encontrarás una mención pasajera de ella en la mayoría de los libros de joyería.


René Boivin, un orfebre experto, fundó la compañía en 1891, pero su matrimonio con Jeanne Poiret dos años después fue fundamental para su negocio. 

No solo era una hábil empresaria, sino que tenía conexiones con el mundo de la moda a través de su hermano Paul Poiret, el modisto más famoso de París en ese momento. 
Puede ver su influencia en la joyería que produjo la compañía de su hermana, incluido el gusto por los temas, colores y materiales exóticos, y la pasión por Oriente y Oriente Medio.



Broche de estrellas de mar de rubí, amatista y oro con brazos articulados diseñado por Juliette Moutard para René Boivin en 1935, vendido por $ 137,000.

A mi entender el nombre de La casa de René Boivin es poco apropiado, René Boivin murió en 1917 a la edad de 53 años, en el apogeo de su carrera. 
Fue su esposa quien debería ser acreditada con gran parte de la increíble fama de la firma. 
Cuando murió, ella tenía unos cuarenta años y podría haber cerrado fácilmente la tienda, pero decidió que el negocio debería continuar, una decisión valiente que tomar en 1917.


Ella se hizo cargo de la producción y la administración, empleando a otros para dibujar sus diseños. 
Ella sabía cómo se deben usar las joyas, y como su hermano, tenía un buen sentido del estilo. 
Su trabajo es anterior a su tiempo.

Boivin y los diseñadores que empleó preferían los diseños abstractos que usaban gemas y ayudaron a promover el uso de cristal de roca, madera y calcedonia en joyería.


Broche / colgante de oro, Ananas, amatista y peridoto de René Boivin, 1945, diseñado como una piña, vendido en Sotheby's London el 1 de diciembre de 2015 por $ 25,000

Ella lanzó las carreras de algunas mujeres muy talentosas, al menos una de las cuales se convirtió en una leyenda del diseño, Suzanne Belperron fue contratada como vendedora a los 21 años, luego ascendió a diseñadora, pero se fue en 1931, aproximadamente cuando Boivin contrató a la diseñadora Juliette Moutard, con quien colaboró ​​hasta su jubilación.


Brazalete de oro, aguamarina y diamantes de René Boivin, 1937, vendido en Sotheby's London el 1 de diciembre de 2015 por $ 185,000

Este brazalete con la marca René Boivin, que se vendió en Sotheby's, se parece a la obra de Juliette Moutard, quien se había hecho cargo de Belperron unos años antes. 
Puedes ver similitudes en la joyería que estos dos diseñadores produjeron en este período de transición, pero los diseños de Moutard eran más geométricos y simétricos.


La hija de Boivin, Germaine, también se convirtió en diseñadora de la firma en 1938, se hizo cargo después de que su madre se retirara y eventualmente vendió la compañía a Jacques Bernard, otro diseñador de Boivin, en 1976. 
A pesar de su nombre masculino, fue dirigido por mujeres diseñadoras durante 62 años.


Algunos sostienen que trabajar bajo el nombre de su esposo le permitió a Jeanne Boivin tener éxito en un campo dominado por hombres. 
Ella siempre estuvo ansiosa por perpetuar la memoria de su esposo y el uso profesional de su nombre. 
Esto solo sirvió para ella como un tipo de protección, permitiéndole ocupar una posición privilegiada en el comercio de joyas.

Fernando Gatto

Kaia Joyas Uruguay