Las perlas, a diferencia de cualquier otra gema, son producidas por un ser vivo.
Por delicadas que parezcan, deberían durar para siempre si sigues estas sencillas reglas.
Puede que Marylin Monroe no llevara nada más que Chanel nº 5 para dormir, pero las chicas realmente inteligentes saben que lo único que se puede llevar son las perlas, ya que los aceites naturales de la piel les dan un brillo especial.
El maharajá de Nawanagar adquirió en los años 30 un fabuloso collar de perlas de Cartier e hizo que un sirviente negro favorito las llevara, ya que su piel les daba un brillo atractivo.
Guarda las perlas separadas de los diamantes que podrían rayar la superficie de la perla.
La mejor idea es ponerlas en una bolsa de tela y guardarlas en un rincón de tu joyero.
Nunca, jamás, rocíes perfume directamente sobre las perlas, ya que su naturaleza ácida, e incluso la laca para el cabello, pueden erosionar las capas externas.
Y, por si acaso alguna sustancia corrosiva, incluida la transpiración, ha entrado en contacto con tus perlas prístinas, límpialas antes de guardarlas, sobre todo si ha sido una fiesta.
Y el maquillaje viejo pegado a las perlas no da buen aspecto.
En el caso de los collares de perlas, cada cinco años aproximadamente llévalos a un joyero para comprobar si es necesario volver a ensartarlos.
Es una pequeña inversión que te ahorrará esa terrible situación de andar a gatas recuperando las esferas que rebotan debajo de los pies de la gente y detrás del sofá, y perder inevitablemente algunas.
Fernando Gatto
Kaia Joyas Uruguay
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